El concreto… en el camino de la transformación digital

Un día te levantas y te das cuenta de que el mundo ya cambió… Y tu negocio y tu mercado también.

No te explicas cómo la competencia puede vender a los precios que vende… Haces tu análisis de costo y no llegas a comprender cómo en un negocio como el concreto, de un margen reducido, donde se busca volumen, hay competidores que consistentemente están vendiendo 10-15% debajo de tu precio.

Además, ves como tiene mejor puntualidad, menos ollas rechazadas por revenimiento y una disminución en reclamos de calidad.

Aparentemente de un día a otro quedas fuera de la jugada.

En un negocio que sigue siendo igual, transformar cemento, grava, arena y agua en una piedra líquida que en 28 días es concreto con ciertas características físicas particulares, hay cosas que ya no son tan iguales. Las compañías que hicieron inversiones en investigación, desarrollo y tecnología aplicada a procesos están logrando diferenciarse y entregar más valor.

Desde un proceso de automatización en el sistema de carga de la planta hasta el monitoreo de la flotilla por GPS, o el análisis de Big Data para predecir el comportamiento futuro de tu diseño de mezcla y así optimizarlo, todo hace pequeñas mejoras que al juntarlas tienen un efecto multiplicador similar a un “interés compuesto”, logrando así separarse de los competidores a pesar de ser una especie de “commodity”.

La mejora en la forma de trabajar va más allá de alguna certificación en los procesos, la Transformación Digital ya es un diferenciador, todo empieza como aumento en la rentabilidad o en los principales KPI’s. En la pandemia, en este mercado ultra contraído fue la diferencia entre sobrevivir o no.

Además de la parte grave y dramática de la supervivencia, también está la parte filosófica del negocio, puede haber diferentes visiones o propósitos de la empresa, entre ellos: la búsqueda del incremento de las utilidades o entregar valor a los stakeholders, pero en cualquier empresa siempre se va a buscar llevar la organización al máximo, sacar todo el jugo de los recursos y las personas, y esto justamente es lo que un buen proceso de Transformación Digital conlleva.

Los retos para llevar a cabo la Transformación Digital son diversos, empezando por la resistencia al cambio dentro de la organización, ir contra la inercia de seguir haciendo las cosas de la misma forma y el miedo, ya sea a lo desconocido o a volverse obsoleto.

Como líderes dentro de nuestras organizaciones tenemos que ser capaces de comunicar asertivamente la visión a futuro y encontrar la forma de ejecutar el cambio de forma fluida, logrando que el impacto positivo se vea reflejado en todos los stakeholders.

Dicen que para que tenga sentido adquirir un producto o servicio, este tiene que representar un ahorro en tiempo o lograr un beneficio económico. Si representa los 2 es un no-brainer, con lo que la Transformación Digital es un no brainer cuando se hace de forma adecuada en un lapso de tiempo determinado, donde se pueda medir el impacto.

En el mundo del concreto como en muchas otras industrias quien no evolucione y no se adapte al cambio está condenado eventualmente al fracaso ya sea por dejar de ser competitivo, quedar obsoleto o dejar de entregar valor al cliente.

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